El Último Maestro del silencio está basado en el estudio durante más de cinco años, de los dos monasterios de monjes jerónimos que hubo en la ciudad de Sevilla.
El maravilloso viaje que he realizado a lo largo de la península y, como no, visitando los distintos monasterios de esta orden, me ha enriquecido, no solo a nivel histórico, sino también a nivel personal y emocional. Aquellos hombres dejaron un legado arquitectónico, religioso y espiritual que me ha hecho reflexionar sobre cuan sabios eran muchos de ellos, y cuan olvidado es el ser humano al dejar en el olvido las sapiencias de aquellos sabios que nos transmitieron sus conocimientos. La cercanía a Dios, no solo era el objetivo. Desde el punto de vista cultural y religioso de estos frailes, también lo fue la búsqueda del desarrollo personal y el estar con uno mismo en cada momento, centrándose, como bien quedó reflejado en Delfos, y por los escritos de Sócrates y discípulos, en: «Conócete a ti mismo».
Monasterio de Buenavista: Actual barrio de San Jerónimo, Sevilla.

No obstante, la mayor dificultad que ha entrañado este viaje, ha sido la falta de registros históricos de la vida y convivencia de aquellos jerónimos. Tal como recoge García-Tapial en su libro, El Monasterio de San Jerónimo de Buenavista, » ya el padre Sigüenza, historiador de la orden, allá por el 1600, se quejó de lo poco diligentes que habían sido los frailes de Buenavista a la hora de recoger la vida de sus fundadores y religiosos«.
De este libro anteriormente referido, así como de varios artículos de investigación, entre los que destaco, los 33 y 34 de la revista Archivo Hispalense de 1949, publicada por Antonio Sanchez Corbacho, me he nutrido para crear una visión más realista de la comunidad religiosa, permitiéndome viajar al pasado y vivenciar en primera persona, todos los sucesos acaecidos por aquel entonces en el cenobio, como en la propia ciudad de Sevilla.
Respecto al monasterio jerónimo de San Isidoro del Campo, decir que no he profundizado tanto como hubiese querido, y por ello, será del primero que hable.
- Monasterio de San Isidoro del Campo: